ES VERANO (PARTE I)
El verano ya aprieta. A mí me aprieta tanto, que casi me ahoga. A los recuerdos de la infancia, que vienen a mi mente en forma de cañas de pescar, zodiac….a remo!!!!por las diversas calas de Mallorca, bronceado increíble sin cremas protectoras ni aceites “after sun”, y sin reloj en el que mirar la hora ni darse cuenta de que el tiempo corría; se suman también, la nostalgia de mi adolescencia , con excursiones en moto sin casco, las primeras sombras de ojos y brillos de labios, y la sensación de cosquilleo hormonal, al comprobar que te gustaban TODOS los chicos!!!!, nacionales y extranjeros(bueno, en realidad, esa sensación todavía la tengo ahora, sólo que ya no puede atribuirse a un cosquilleo, sino más bien a un suicidio hormonal).
Pero como decía al inicio, el verano ya aprieta. Verbenas, barrios y pueblos enteros en fiestas, ropa más ligera a la hora de vestirse, y menos tiempo invertido en “empotingarse” toda, porque sencillamente, ya te sientes más guapa…o atractiva…o con un “jolgorio” erótico importante.
En ésas ando, cuando haciendo la compra en el supermercado del Corte Inglés, delante de mí, pasaba sus productos por caja, tremendo varón. Un hombre no muy alto, pelo negro y ondulado(adivinándosele unas incipientes canas), con traje y corbata medio desanudada.
Cuando me dispongo a colocar mi compra en la cinta, al poner el separador, reparo en la suya: aceite Johnson´s al aroma de coco, una caja con fresas grandes y muy rojas, y un bote de nata en formato spray.
Y sin ayuda de nadie, me monto yo solita, una viñeta/holográmica/escénica/secuencial y en 3D, sobre en qué orden y de qué manera utilizaría semejante “artillería” el pavo. Pienso que si unta a la hembra primero, con el aceite de coco, no sé muy bien qué pintan las fresas ya que creo que esos sabores, se contraponen. Pienso que si la rocía de nata y luego le pone el aceite de coco, más le vale tener un buen “amarre” de manos, porque le resbalará como una pastilla de jabón!!. Pienso que si se comen las fresas con nata, faltaría en la compra una botellita de cava para hacer la escena completa y para ayudar a que la densidad del bolo alimenticio, tire para “abajo”. Pienso que , quizás, el aceite de coco se lo aplicará después de la ducha, porque con tamaño “embadurne”, más le valdrá pasarse una agüita. Pienso que igual , con todos esos ingredientes, se disponen a hacer una receta culinaria para presentarla a algún concurso cuyo premio sea una clase magistral con el equipo de Ferràn Adrià.
Sea como fuere, el pavo se dispone a pagar. Dentro de su cartera no cabían más tarjetas de crédito, e incluso creo que vislumbré un billete de 100 euros!!! Mientras la cajera le da el cambio, noto que me clava su mirada. Una mirada certera, penetrante….chulesca!!. Yo lo miro a él desafiante, segura….poderosa!!. Él vuelve a mirar, pero esta vez no a mí….sino a mi compra. Por la cinta, corría sin remedio, una bandeja con 5 pepinos y una bolsa de comida para gato: especial control bolas de pelo.
El pavo recoge el cambio, me vuelve a mirar y se sonríe. Una sonrisa que hizo que su cabeza se echara hacia atrás, y que le saliera aire por la nariz. No era una sonrisa!!!, era lo que comúnmente se llama “descojone interno”.
No, no, noooooo!!! Desmóntate ahora mismo esa viñeta/holográmica/escénica/secuencial y en 3D. Nooooo!!, por Dios, esperaaaaaaa!!!!! ADIOSSSSS!!!!
