jueves, 14 de junio de 2012

LA SEÑAL

LA SEÑAL.-

Ayer no tuve el día. Ya desperté rara, como con una sensación de malestar general y de falta de ganas, en particular. Me levanté de la cama y abrí la ventana. Miraba al cielo y sí, lo veía azul, raso, sin nubes, pero yo buscaba algo más que un color o una apariencia. Yo buscaba una señal, alguna fuerza superior que me guiara y tranquilizara.
Después de una ducha, enciendo el ordenador y un auténtico aluvión de mensajes hace que me quiera dar mucha prisa en contestar algunos y eliminar otros. Prisa, mucha prisa. Prisa+tecnología+Isabel=Jungla de Cristal 3. Se me “cuelga” el ordenador, y yo también me quiero colgar….pero de una liana en plena selva africana;y de ésta a otra y luego a otra, como una Tarzana catalana(mira, pareado).
Vengaaaaa!!!! Cortar/pegar; cortar/pegar, vamooooossss!!!. Para!! El ordenador responde…sííí!!!. Lo cierto es que no sé a qué tecla le he dado, pero ya funciona!!!
Vooooooyyyyy!!! Mi hija tiene una forma un tanto estridente y reiterativa de decirme que ya se ha despertado. Pero cuántas veces puede decir Mamiiiiii!!!en menos de un minuto, que es lo que tardo en llegar a su habitación??? Triunfo. Me reconoce con el cepillo de dientes en la boca y la pasta por alrededores, el pelo indomable y sin la hidratante puesta. Alucinante!!,pero el espejo siempre cuenta la verdad. Tengo que “domar” el pelo, es más, tendría que lograr “predecirlo”, porque con ese lío de puntas y medios bucles, se me hace imposible vaticinar hacia dónde se me quedará la “raya”. Sin más dilación, saco la plancha alisadora. Ignoro qué temperatura puede llegar a alcanzar ese aparatito, pero juro que cuando “pinzó” mi oreja izquierda(entera), pensé en qué deben sentir las ánimas del purgatorio antes de descender a los infiernos. CLAC, un clac rotundo, seco, y una lágrima solitaria y tímida recorriendo mi rostro. Miré por todos los lados de la plancha, a ver si averiguaba el nombre del fabricante, para dedicarle unas palabritas… Aquí lo pone… marca ACME. Mejor no decir nada…ya sabías lo que comprabas.
Salimos de casa. Vuelvo a mirar al cielo, igual de azul, de raso, pero no hay respuesta ni ninguna señal.
-Un beso, mi vida. Volveré a buscarte por la tarde. Pórtate bieeen!!!. Muac, muac y jodeeeeerrrrrr, una multa!!!, pero no una cualquiera. No. Era una multa traicionera, sin nocturnidad, pero con mucha alevosía. Vamos, Isabel!!!! Calma y pon en práctica tus armas de mujer. Lo del pelo ya está ganado, ahora falta que no te caigas de esos tacones que te has puesto.
-Ya estoy aquí, señor agente. Uf!! Perdón, perdón. Ya me voy.
-El coche está mal aparcado.
-Bueeeenoo, se sale un poquito…pero no he tardado ni un minuto…señor…agente.
-Yo también me salgo muchas veces…pero tardo más de un minuto JOU JOU JOU!!!!
Lo juro. Fue eso lo que me respondió. El puto enano deforme e incapaz, que de imaginármelo saliéndose de algo o de alguien, se me pinzan no ya las orejas, sino las entrañas enteras!!!
-Bueno, ya…tengo un poco de prisa. Cómo lo ve?
-Anda, tira, tira. Mira, ves?? FINIQUITAO!!
Ese término, capullo!!!(pienso) Con lo sensibilizada que estoy con los finiquitos!!!. Armas de mujer!!! Este tío me dejó sin ningún tipo de munición!!!
Vuelvo a mirar al cielo. Azul, sin nubes. No te veo, no te veo!!! De qué tendrás forma, señal?? Cómo te me presentarás?
Transcurrió la tarde más o menos tranquila y volví a por mi hija. Subimos al coche, pero esta vez no había “eunucos” a la vista.
-Mami, me duele la barriga.
-Qué notas, hija?? Tienes ganas de vomitar?? Sientes punzadas en el estómago???
No pasaron 30 segundos, y desde lo más profundo de su sillita, me llega un hedor insoportable. Lástima de coche con sólo 2 puertas y otras tantas ventanas. Me hubiera tenido que comprar aquel modelo con techo abatible…qué puñetas…un descapotable!!!
-Mamá…se me ha escapado la caca…
Caca?? No hija. Eso es un vaciado absoluto de intestino. Eso son 2 kilos de abono para un huerto entero. Eso es una pasta, que si fuera comestible, daría para untar 1500 rebanadas de pan con harina de espelta.
MEA CULPA,MEA CULPA!!! Con eso que ibas estreñida, cargué con demasiado kiwi tu merienda. Eliminaré también de tu dieta el zumo bio-bifidus de fibra con cereal espesante y trocitos de uvas pasas, secadas al sol de Grecia en pleno mes de Agosto.
Y miro al cielo, y sigue azul y está oscureciendo, y no percibo nada…de nada. Llego a la conclusión de que no existen las señales. Éstas son mandadas por nuestro propio cerebro, en reposo, cuando se está en calma y en paz con uno mismo. Lo comprobé cuando al acostarme, me imaginé tumbada al lado de una chimenea en una casita cerca del mar…..cerca del mar porque yo….nací en el Mediterráneo.

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